11.9.09


Puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemiga, tu todo, tu esclava, tu fiebre, tu dueña. Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu dios, tu asesino. O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra, a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. Puedo ponerme humilde y decir que no soy la mejor, que me falta algo para atarte a mi cama, puedo ponerme digna y decir toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos de un rato, me llamas. Y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red, tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío. O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra, a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento...