1.10.09
Se pocas cosas, pero todas tienen que ver con amar y ser amado, con respetarse y aceptarse; ninguna de ellas tiene que ver con someterse, sino con aprender y tolerar. ¿Será que amar no se trata de fundirse y perderse en el otro? ¿Será que se trata de dos individuos que crecen juntos? Aceptar al otro es tenerle fe, respetar sus tiempos, sus espacios, entender sus silencios y esperar sus señales. Para aceptar, primero hay que conocer lo que se ve del otro y lo que no se ve, y así puedo decir "te conozco" y porque te conozco te elijo, y porque te elijo te acepto, y porque te acepto soy feliz. También acepto la sorpresa, porque siendo dos al volver a casa ya no encontraré todo como lo dejé, habrá otro, con su mundo, un mundo que engrandece al mío. Hay que saber cuál es el debe y el haber. Aceptar al otro es aceptar lo mejor de nosotros mismos. Porque quien nos elige nos devuelve puro amor, amor por amor. Y a semejante amor por supuesto le digo "te acepto".